Bueno, la tacañería del personal es más grande de lo que imaginaba. Todavía nadie ha dado un duro por la buena causa que defiendo: vivir sin pegar golpe. Yo, autoproclamado prócer de holgazanes, faro de vagos e iluminador de vividores, sigo sin recaudar un miserable euro a través de mi campaña de combate contra el esfuerzo y el trabajo, y de apología de la pereza y el bergantismo.
Vagos del mundo, ¡uníos! Y dadme un puto euro cada uno para defender la causa:
Vagos del mundo, ¡uníos! Y dadme un puto euro cada uno para defender la causa:
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